Exposición
Gengis Khan
Cómo los mongoles cambiaron el mundo
Esta exposición es la primera en celebrarse en Francia sobre la figura de uno de los grandes conquistadores de la historia: Gengis Kan.
De las llanuras de Mongolia al extremo sur de China, del océano Pacífico a los confines de Oriente Medio, durante el siglo XIII de nuestra era, Gengis Kan y su ejército mongol edificaron un inmenso imperio.
En su época de apogeo, los mongoles controlaban más del 22 % de las tierras del globo. El nieto de Gengis Kan, Kublai, gran kan de los mongoles, se convirtió en emperador de China. Fundó la dinastía Yuan y estableció su capital en Dadu (actual Pekín).
Tras años de violentas conquistas para instaurar este imperio, la consolidación de la «Pax Mongolica» propició el florecimiento de las relaciones comerciales, científicas y artísticas entre Oriente y Occidente, dando lugar a un período de intercambios sin precedentes.
Con la presentación excepcional de objetos procedentes de las colecciones nacionales de Mongolia, entre ellos, una gran cantidad de tesoros nacionales, y la aportación de piezas provenientes de grandes museos franceses y europeos, esta exposición propone un recorrido por la historia del gran imperio de Gengis Kan.
La exposición cuenta con el apoyo del Estado de Mongolia a través del préstamo de importantes colecciones nacionales, procedentes principalmente del nuevo Museo nacional Chinggis Khaan. Organizada bajo los auspicios de los dos presidentes de las Repúblicas mongola y francesa, ha sido considerada «exposición de interés nacional» por el Ministerio de Cultura francés. Además de ser una exposición sobre la epopeya militar de uno de los mayores conquistadores de la historia, desarrollará un nuevo enfoque tendiente a mostrar cómo los mongoles cambiaron el mundo.
A través de las interacciones que el Imperio mongol llevó adelante, de China al Mediterráneo, con el conjunto de los territorios conquistados y de las naciones vecinas, a través del control y la protección de las Rutas de la Seda durante la Pax Mongolica, se producirán numerosas transformaciones en todos los ámbitos (económico, artístico, científico, cultural y religioso), gracias a la aplicación del principio de libre comercio deseado por los emperadores Kan en la que fuera una de las mayores mundializaciones de la época medieval. La exposición pondrá de manifiesto varios de estos cambios profundos, especialmente para nuestras sociedades. Un personaje muy conocido resume por sí solo lo que significó el encuentro con los mongoles: Marco Polo. Su escrito, El libro de las maravillas, será leído hasta el hartazgo en todas las cortes europeas de la época. El Imperio mongol acabará desmoronándose, en parte debido a su inmensidad, pero también como consecuencia de la peste negra. Ciento cincuenta años después, un hombre intentará recuperar, en vano, ese horizonte anhelado y lejano: Cristóbal Colón.
La exposición llamará la atención del público de múltiples maneras.
A lo largo del recorrido, se emitirán numerosos sonidos de ambiente que transportarán al visitante a tierras remotas.Diversas películas permitirán poner el foco en algunos temas esenciales, como las Rutas de la Seda, el personaje de Gengis Kan o la nueva representación cartográfica del mundo deseada por los mongoles.
Diferentes dispositivos de pantalla táctil animarán a recorrer documentos e informaciones, en particular sobre algunos objetos excepcionales por su origen multicultural. Por último, la difusión de la imagen de una estela de tamaño natural, de unos tres metros de altura, acompañada de una animación visual y sonora, debería formar parte de los recuerdos de la exposición.
La muestra se acompañará de una programación cultural diversificada para descubrir la Mongolia contemporánea. Eventos en torno al cine, la música actual y tradicional, el cuento, la danza contemporánea, la cultura popular, los juegos tradicionales mongoles, las tradiciones culinarias, la caligrafía, la historia, la literatura y la fotografía conformarán una verdadera temporada cultural.
Comisariados de la muestra: Jean-Paul Desroches, Marie Favereau et Bertrand Guillet.